viernes, 15 de noviembre de 2024

discoTalgo de Javier Piñango (2024)

 discoTalgo de Javier Piñango para Gruppo Ungido (2024)


Les va a fascinar este viaje de ida y vuelta del músico madrileño Javier Piñango
Estoy muy contenta porque Javier ha vuelto a confiar en mí para realizar la portada.
Escuchen y descarguen desde el bandcamp de Gruppo Ungido este "discoTalgo".

https://gruppoungido.bandcamp.com/album/discotalgo

Javier Piñango dixit:

discoTalgo ya ha llegado!!
Publicado por ese sello cómplice y querido que es Gruppo Ungido, este nuevo disco mío está inspirado mental y sónicamente por aquel monstruo de metal que era el viejo tren Talgo, tan unido a mi memoria y a la memoria colectiva de muchos de nosotros...
 
Contiene dos únicos temas extensos: "Ida" y "Vuelta"... Dos viajes eléctricos de intenso calado emocional, elaborados, ¡cómo no!, con el Korg MS20, esta vez procesado en busca de un sonido premeditadamente "oxidado"... En su discurrir hay secuencias y loops, trance rítmico continuado y repetitivo a la vez que básico y minimal, sin ocupar este discurrir jamás los lugares comunes de lo "industrial o minimalista" al uso...
 
El disco tiene portada y fotografías (incluidas en la descarga) a cargo de (no podía ser de otra manera) mi querida amiga cómplice Almudena Villar (Latimeria Acúfenos), con ese toque suyo, tan suyo, de plasmar el detalle y llevarlo a otra dimensión: chapa, metal, plata y rojo, tornillos, fuelles... Y más complicidades necesarias y fabulosas: el disco incorpora también un maravilloso texto "ferroviariosonoro" escrito por otro gran amigo, David Area, que como ya saben es una autoridad en la materia (en todos los sentidos), también incluido en pdf en la descarga...
 
Mil gracias a los citados y por supuesto al gran A.l. Guillén (por todo, absolutamente todo) y a Mara B. Stones (por su magnífico vídeo promocional de discoTalgo)!!

David Área ha escrito este bonito texto para el disco de Javier:

El alma es la parte del carril que une la cabeza con el patín. Literalmente, los trenes circulan sobre un alma de acero. Quizás por ello locomotoras, vagones y coches estén tocados por ese aura especial que los hace cálidos, melancólicos, nostálgicos y fascinantes a pesar de sus facciones, en muchos casos, monstruosas. Ningún otro transporte es capaz de emocionar como lo hace un tren llegando a una estación. Imposible no atravesarlos con la mirada del niño que algún día fuimos y que Javier Piñango rescata para convertirla en un trayecto sonoro de Ida y Vuelta en este “discoTalgo”.

“discoTalgo” es un trabajo donde, por sus premisas, lo fácil sería recurrir a la repetición rítmica industrial, a lo puramente maquinal y a la imitación de patrones con el fin de crear lazos estéticos tan manidos como estériles. Desde ya, olvidemos esta idea. Sus casi 50 minutos de duración rezuman -ciertamente- acero, balasto, electricidad y gasoil, pero transformados en dos relatos emocionales, dos historias complementarias de un viaje personal desde y hacia los recuerdos instalados en la época dorada del ferrocarril español con los míticos Talgo como abanderados de la innovación.

Como en todo buen viaje, la “ida” se desvela misteriosa y ansiosa bajo la promesa de llegar a un destino a todas luces más interesante que el punto de partida. El paisaje se intuye con el avance de los segundos en ese discurrir continuo, a veces percibible como estático, tan propio de los trenes. Envuelto en un minimalismo no muy habitual en los trabajos de Javier, el sonido fluye constante y se accidenta por momentos en una suerte de diálogo con el entorno imaginario que permite, incluso, vivenciarlo de forma física.

Y como en todo retorno, la “vuelta” es un maremágnum de recuerdos, un ir y venir de vivencias que se acumulan en la retina mientras nos aproximamos de nuevo a la cotidianidad. El paisaje deja de tener importancia y la comodidad ha desaparecido junto a la promesa de un destino afortunado. Todo lo sonoro sigue bajo mínimos, pero con una intensidad mucho más presente y variable donde aflora ese “ruido musicalizado” tan característico de Piñango. Esta vuelta se convierte, por tanto, en un retorno al origen más allá de lo conceptual.

Los ya conocedores de las prácticas del artista madrileño podrán intuir el esfuerzo de contención y selección que supone este trabajo, de precisión milimétrica de principio a fin para no caer en obviedades mientras se mantiene la esencia del mensaje. Los que no, tendrán ante sí un muestrario del fruto de largos años de trabajo al frente de un MS-20 empaquetado en un disco asequible (permítanme la licencia) que nos abre la puerta a un viaje hacia otros destinos irreales. Y cómo no, a bordo de un Talgo.

David Area

 



 

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